Actitudes de estudiantes normalistas
ante la igualdad de género: el caso de la BECENE en San Luis Potosí
Attitudes of
Students of Teachers’ Training Colleges Toward Gender Equality: The Case of
BECENE in San Luis Potosí
Ana
Edith de la Torre Cárdenas
Doctora
en Filosofía con Acentuación en Estudios de la Educación
Benemérita
y Centenaria Escuela Normal del Estado de San Luis Potosí, BECENE, S. L. P.
Correo
electrónico: atorre@beceneslp.edu.mx
ORCID:
https://orcid.org/0009-0001-0002-4542
Guadalupe
Martínez Aguilera
Maestra
en Educación Primaria
Departamento
de Educación Física secretaría de Educación del Gobierno de San Luis Potosí, SEGE
S. L. P.
ORCID:
https://orcid.org/0000-0003-3366-1481
Karla
Irene Martínez Méndez
Doctora
en Ciencias Sociales
Benemérita
y Centenaria Escuela Normal del Estado de San Luis Potosí, BECENE, S. L. P.
ORCID:
https://orcid.org/0000-0001-7063-2642
Recepción:
13/12/2024
Aceptación:
01/02/2025
DOI: https://doi.org/10.53436/5L0c3r9A
D’Perspectivas Siglo XXI, Volumen 12, Número 23, Año 2025. Enero-junio
Este es un
documento de acceso abierto bajo la licencia
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Commons 4.0 Atribución-No Comercial
(CC BY-NC
4.0 Internacional)
Resumen
Este
trabajo presenta resultados de una investigación realizada en la Benemérita y
Centenaria Escuela Normal del Estado de San Luis Potosí (BECENE SLP) la cual tuvo
por objetivo analizar las actitudes ante la igualdad de género presentes en los
docentes en formación de las Licenciaturas en Educación Preescolar, Primaria y
Educación Física. Se trata de una investigación descriptiva de tipo
cuantitativa. La técnica de recopilación de datos fue un cuestionario,
previamente validado, aplicado a los sujetos de estudio. Se sistematizaron los
resultados y se analizaron para la construcción de categorías sobre género y
conceptos relacionados. En ellos se observa la persistencia de estereotipos de
género tradicionales en los estudiantes, además, las respuestas aún enmarcan a
las mujeres como figuras cuidadoras, frágiles y en riesgo. Se concluye que
estas concepciones limitan la visión sobre las capacidades profesionales y el
potencial de las mujeres, lo cual sostiene una desigualdad que contrasta con
los principios de igualdad que se espera promover en la formación educativa
actual. Solo mediante un currículo que promueva la reflexión crítica sobre la
equidad de género será posible modificar actitudes de manera efectiva y
favorecer una formación más inclusiva y justa para todas y todos.
Palabras clave: igualdad de género, formación docente,
estereotipos de género.
Abstract
This paper presents the results of an investigation at
the Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado de San Luis Potosí
(BECENE SLP) with aimed of analyzing the attitudes expressed about gender
equality among preservice teachers for the Bachelor's Degrees in Preschool,
Elementary and Physical Education. The study follows a quantitative,
descriptive research approach. The data collection technique involved the use
of a previously validated questionnaire, which was administered to the study
subjects. The results were systematized and analyzed to develop categories
related to gender and associated concepts. The results reveal a persistence of
traditional gender stereotypes, in students, in addition, perceptions still
frame women as caregivers, fragile and at-risk figures. It is concluded that
these conceptions limit the vision of women's professional capacities and
potential, this, in turn, sustains an inequality that stands in stark contrast
to the principles of equality expected to be promoted in contemporary
educational training. Only through a curriculum that promotes critical
reflection on gender equity will it be possible to effectively modify attitudes
and foster a more inclusive and fair education for everyone.
Keywords: gender
equality, teacher training, gender stereotypes.
1. Introducción
La
igualdad de género es un principio fundamental de justicia social y derechos
humanos que trasciende fronteras y generaciones. En la búsqueda de una sociedad
más equitativa y justa, la igualdad de género se ha convertido en un objetivo
esencial y su promoción en todas las esferas de la vida, específicamente en la
educación, es un imperativo moral y un componente clave del desarrollo
sostenible. En el ámbito educativo, a pesar de los discursos y esfuerzos por
instaurar este principio sigue siendo un reto para los profesores alcanzar los
objetivos ético-democráticos que emergieron a principios del siglo XX.
En
el contexto de la formación docente para la educación básica, abordar la
igualdad de género adquiere una relevancia crucial; el currículo actual de la
Nueva Escuela Mexicana (NEM) propone a los profesores como guías en la
transmisión de valores, actitudes y conocimientos a niñas, niños y
adolescentes, convirtiéndose en actores esenciales de su promoción (SEP, 2022).
En ese sentido, es importante identificar las actitudes de los docentes en formación
hacia la igualdad de género, para desarrollar estrategias que promuevan
prácticas educativas con perspectiva de género. Por otro lado, en la educación
superior, específicamente en las escuelas normales, es importante conocer si
los estudiantes, futuros responsables de la educación básica, han adoptado
dicha perspectiva, pues son ellos quienes están desarrollando y aplicando los
programas de estudios.
Por
lo anterior, es imperativo desarrollar investigaciones en estas líneas que den
cuenta de la problemática identificada y que permitan, a partir de los datos
recabados, intervenir en las instituciones, para favorecer los principios
mencionados. De aquí que el presente artículo tenga por objetivo analizar las
actitudes sobre la igualdad de género de los docentes en formación de las
Licenciaturas en Educación Preescolar, Primaria y Educación Física de la
Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado de San Luis Potosí (BECENE
SLP).
Por
otro lado, la igualdad de género no solo es una cuestión de justicia social,
sino que tiene un impacto directo en el bienestar y el desarrollo de los niños
y en la construcción de una sociedad más inclusiva. Así, los docentes tienen la
responsabilidad de desempeñar un papel activo en la eliminación de estereotipos
de género, la promoción de la igualdad y la creación de ambientes educativos
donde todos los estudiantes accedan a las mismas oportunidades,
independientemente de su género.
En
la primera parte del trabajo se presenta un marco contextual que expone la
relevancia del problema, se acompañan de un apartado teórico que describe la
conceptualización de género y otros aspectos relacionados. Posteriormente se
explica la metodología empleada en el estudio y se exponen los resultados a
través de su análisis en distintas categorías.
Finalmente, en las conclusiones se resumen los hallazgos y se presentan
las reflexiones y posibles vías de acción en torno a la problemática
identificada.
2. La igualdad de género en el
contexto socio-educativo mexicano
En
la Agenda 2030, en relación a los 17 objetivos de desarrollo sostenible de la
ONU, el quinto objetivo hace referencia a “lograr la igualdad de género y el
empoderamiento de todas las mujeres y niñas” (ONU, 2018). La Secretaría de
Educación Pública (SEP) en conjunto con el Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia (SEP-UNICEF, 2009) refieren que a pesar de hallarse inmerso en la
política educativa un discurso en torno a la igualdad, equidad y no
discriminación es importante analizar si lo anterior se manifiesta en los
jóvenes que están formándose para la docencia de educación básica.
Así
mismo, en la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) que se realizó el
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en colaboración con el
Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) y la Comisión
Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) se reporta que entre julio del 2021 y
septiembre del 2022, 24.5 % de la población de mujeres de 18 años y más declaró
haber sido discriminada, del cual el 35.3 % lo atribuye al hecho de ser mujer, este
último es el motivo con el porcentaje más alto (INEGI, 2023).
En
ese tenor, en el contexto educativo del nivel básico, la entrada en vigor del
nuevo currículum de la NEM propone la enseñanza con perspectiva de género como
uno de sus ejes articuladores. A diferencia de los anteriores programas que
solo promovían e invitaban a tomarse en cuenta como un tema transversal y
demandaban la puesta en marcha de una educación inclusiva en la que se
garantizara la igualdad de género en el acceso al conocimiento y las
oportunidades (SEP, 2011).
El
eje articulador de igualdad de género impulsado por la NEM representa un
esfuerzo fundamental para fomentar una formación crítica y reflexiva en niñas,
niños y adolescentes (SEP, 2022). Ello implica generar espacios de diálogo y
análisis dentro de las escuelas, donde las y los estudiantes lleguen a
identificar y cuestionar las desigualdades de género y puedan comprender que estas
son resultado de una construcción que ha sido moldeada por las dinámicas
sociales. Con ello se promovería su participación activa en el logro de una
convivencia más justa e incluyente.
En
trabajos recientes se señala que los docentes se enfrentan a importantes
desafíos al encausar una perspectiva de género en los procesos de
enseñanza-aprendizaje, además siguen manifestando actitudes estereotipadas en
la formación de niños y niñas. A ello se suma la poca formación continua de los
docentes que garantice la incorporación de estrategias de enseñanza con
perspectiva de género a su práctica docente (Resa, 2021; Pérez, 2023;
Barrancos, 2021; Rodríguez, 2022; Guel, 2021).
Las
prácticas educativas de profesores y profesoras están profundamente
influenciadas por sus creencias, ideales y discursos. En un contexto sexista,
patriarcal y desigual, las concepciones sobre lo que significa ser mujer o ser
hombre repercuten notablemente en cómo estos profesionales enseñan, investigan
y se relacionan con alumnos, padres, colegas y otros agentes educativos
(Fernández, 2020). Estos marcos conceptuales afectan la manera en que se desarrollan
las dinámicas en el aula y en cómo se implementan los procesos educativos, ahí
se reflejan las desigualdades inherentes a la sociedad en la cual están
inmersos.
Para
alcanzar prácticas educativas igualitarias es fundamental adoptar una retórica
basada en la libertad, no en el control. Por lo tanto, es esencial identificar
y analizar los estereotipos, actitudes y creencias predominantes entre los
actores educativos. Este es el primer paso para desarrollar estrategias
efectivas que permitan modificar y superar dichas desigualdades (Sánchez,
2021). De igual modo, implica cuestionar y reevaluar todos los componentes del
proceso educativo, considerando los sujetos involucrados, las prácticas, los
contenidos y los discursos predominantes. La transformación hacia una educación
igualitaria requiere una revisión crítica y profunda de las estructuras
existentes y un compromiso con la modificación de prácticas y actitudes que
perpetúan las desigualdades (García, 2018).
3. Género y otros conceptos
relacionados
Los
estudios de género han sido considerados, desde sus inicios, un campo multi y
transdisciplinar. Tuvieron sus inicios en los años ochenta como parte de los
temas de interés investigativo de la mayoría de las instituciones de educación
superior. Su objeto son las relaciones socioculturales entre mujeres y hombres,
hombres y hombres, mujeres y mujeres, y parten de la premisa de que los
conceptos de hombre y mujer son una construcción social, no un hecho natural
(González, 2009). De este modo, al tratar temas como género en educación, se
debe considerar que estas cuestiones van más allá de los contenidos educativos
o las prácticas áulicas. En la actividad académica y en el ejercicio escolar
debe reflejarse el avance de los cambios en la vida social (la actitud ética,
el respeto al otro, la justicia, la democracia, la equidad y el compromiso con
los intereses comunes) estos valores ético-democráticos deberían regir la vida
colectiva y, a su vez, la vida escolar.
En
cuanto al concepto género, a partir
del análisis del comportamiento social y humano se ha logrado diferenciar del
de sexo, de modo que este último se utiliza para referirse a la condición
biológica asignada, mientras el primero se emplea para la construcción
psicológica y socialmente asumida por cada individuo, la cual no necesariamente
se corresponde con el sexo biológico. En otras palabras, el sexo se refiere a
lo biológicamente establecido: hombre (XY) y mujer (XX), por su parte, el
género alude a la identidad construida, como femenina o masculina, y a la
posición que el individuo adopta frente a su determinación biológica, la cual
se construye a partir de referentes sociales.
Un
elemento central de la construcción de la identidad de género es el marco de
“normas sociales” a las que el individuo debe apegarse para poder integrarse al
conjunto social, siendo así la identidad de género es una construcción social
y, a su vez, una forma de autodefinición (Solís, 2016). En este sentido, la
sociedad suele refugiarse en los estereotipos de género, los cuales son
nociones que se adoptan y se reproducen. El término género se caracteriza por su naturaleza multidimensional, lo que
permite diversas interpretaciones (Tubert, 2003):
-
Desde un enfoque antropológico se examina la construcción
simbólica del sexo, lo relativo al dimorfismo sexual anatómico creado
culturalmente, así como los modelos de masculinidad y feminidad que se
establecen en cada sociedad.
-
Bajo una mirada psicosocial se estudian los procesos
sociales a través de los cuales se generan y transmiten los “modelos” que
hombres y mujeres deben asumir. Con esta perspectiva, el género se instala como
un organizador de estructuras sociales, que regula las relaciones entre los
sexos, esto incluye las relaciones de poder, los procesos de socialización e
interacción personal, entre otros elementos.
-
Por su parte, la psicología se centra en el estudio del desarrollo
de la identidad y del rol de género, dando cuenta de cómo el individuo
internaliza los roles y modelos proporcionados por la sociedad y por los demás.
Dicha internalización conlleva un proceso de interpretación personal que da
como resultado modos únicos de ser hombre o mujer, pero dentro del marco de
referencia socialmente establecido.
Para
mediados de la década de 1950, John Money introduce el término roles de género para describir el
aspecto social del género, en relación al conjunto de conductas que se
atribuyen a hombres y mujeres (Burgos, 2021). Los roles de género se adquieren a
través del contexto familiar, escolar, social y cultural, entre otros. En la
concepción de Barrios (2016 en Menéndez et
al., 2022) alude a los papeles asumidos por hombres y mujeres en la
sociedad; definidos desde los mandatos sociales, los que se esperan sean
fundamentados desde la igualdad o, de lo contrario, interferirían negativamente
en las relaciones interpersonales (Barrios, en Menéndez et al., 2022).
Ese
concepto abrió el camino para nuevas teorías, como la de “Identidad de género”,
propuesta por Robert Stoller (en Gimenez, 2023), quien sostiene que la
identidad de género no está determinada por el sexo biológico, sino que surge a
partir de las experiencias, ritos y costumbres asignados a un género específico
desde el nacimiento. Así, la identidad de género se define más por la
experiencia personal frente a las imposiciones sociales, que por el sexo
biológico del individuo.
Este
enfoque redirigió el debate hacia la identidad de género entendida como la
dimensión psíquica que se establece para cada individuo, consiste entonces en
la unidad, permanencia y continuidad de la identidad individual, masculina o
femenina, tal como se vive, interpreta y manifiesta en la conducta de cada
sujeto. No obstante, el género, desde una construcción cultural, abarca una
serie de ideas, prejuicios, valores, normas, deberes y prohibiciones que
influyen en la vida de mujeres y hombres. Estas representaciones culturales se
manifiestan en las conductas y relaciones interpersonales, afecta la aceptación
o negación de la igualdad de género. Tales actitudes pueden desencadenar actos de
discriminación, rechazo y tensiones, lo cual impacta negativamente en la
convivencia dentro de la comunidad escolar y en la sociedad en general (García,
2020).
La
forma en que las personas adoptan los roles de género reflejados en los
discursos sociales y sostenidos por diversas instituciones, entre ellas la
familia y la escuela, ha dado lugar a las identidades de género que se conocen hoy
en día. Es esencial reconocer que estos roles han estado dominados por
estereotipos derivados de una sociedad patriarcal, donde los individuos
identificados como femeninos suelen estar subordinados a quienes son considerados
masculinos. Este sistema social se caracteriza por relaciones de dominación y
opresión impuestas por algunos hombres sobre otros y sobre las mujeres. En este
marco, ellos ejercen control tanto en el ámbito público como en el privado.
Al
respecto, Lagarde (1990) señala que los individuos con identidad femenina son
percibidos como sumisos, obedientes, orientados a servir a los demás y a ser
objeto de los deseos ajenos, lo que también implica someter su propio cuerpo.
Estas características encajan con el ideal de maternidad, históricamente
asociado a las mujeres, se establece una equivalencia casi automática: mujer
igual a madre. En contraste, la identidad masculina otorga a los hombres una
posición de autonomía y control sobre su propio cuerpo y el de otros, lo que
les confiere una posición de dominio y poder.
4. Metodología
El
presente estudio se llevó a cabo bajo un enfoque cuantitativo de tipo
exploratorio, la muestra intencional se conformó por estudiantes de los grupos
de las Licenciaturas en Preescolar, Primaria y Educación Física de cuatro
semestres (segundo, cuarto, sexto y octavo) de la BECENE SLP. El total de
participantes fue de 409. De ellos, el 80.6 % se identifican como mujeres,
mientras que el 19.3 % como hombres.
La
recolección de datos se realizó mediante la aplicación de un instrumento
validado y recuperado del trabajo de Sola et
al. (2003), el cual fue adaptado a las necesidades particulares del
estudio. Para su aplicación se empleó la herramienta de Formularios de Google y
se compartió a los estudiantes por los responsables de cada una de las
coordinaciones de las licenciaturas participantes.
Para
el análisis se concentraron los datos en una tabla de Excel que permitió
construir categorías acordes con los elementos conceptuales abordados respecto
a la perspectiva y los roles de género. Las categorías construidas fueron: a)
Acercamiento al concepto de género, b) Tipo de tareas que realizan de acuerdo
al género, c) Cercanía y actitud hacia el género, d) Actitud hacia la discriminación
y e) Estereotipos de género. En el siguiente apartado de resultados se
describen a detalle estas categorías.
5. Resultados
5.1 Acercamiento al concepto de género
Sobre
esta categoría se encontró que el 80 % de los alumnos encuestados refieren
nunca haber tenido acercamiento al tema mediante algún curso o taller, mientras
el 10.8 % expresan haber tenido algún tipo de capacitación fuera de la
institución, el 4.4 % lo hizo en la institución mediante cursos optativos y el
4.9 % lo tuvo de manera obligatoria mediante alguna asignatura dentro de la
malla curricular.
Otro
dato relevante en este rubro se evidencia en la respuesta a la pregunta: ¿De
qué manera su género es mejor representado? El 44.9 % no respondió, el 28.6 % contestó
explícitamente “mujer”, el 10.2 % utilizó el concepto “femenino”, un 5 % usó “hombre”,
mientras que el 4 % recurrió a “masculino”, así también el 5 % de la población
total encuestada respondió con algún estereotipo de género, por ejemplo,
“débil”, “fuerte”, “sensible”, entre otras características. Esto permitió ver que
los sujetos de estudio presentan confusión ante los conceptos de género y sexo.
5.2 Percepción sobre la cantidad de
tareas realizadas
En
relación con esta categoría, los resultados diferenciados entre hombres y
mujeres muestran que, ante la cantidad de tareas domésticas semanales, en
comparación con la carga asumida por sus hermanas, hermanos o pareja, el 18 % de
ellas perciben tener el doble de carga de tareas respecto a aquellos con
quienes viven, el 8 % percibe una menor carga de tareas, mientras el 73 %
refiere que la carga es igual.
De
manera general, para ambos sexos, un 25.9 % de todos los encuestados que
durante la pandemia hubo mayor carga de trabajo para las mujeres. Un 40.3 %
señala un aumento igualitario para ambos sexos, mientras que un 25.9 % expresa
no haber diferenciado cambios en esto cambios.
5.3 Cercanía y actitud hacia la
diversidad de género
De
toda la muestra encuestada el 66.5 % manifiesta tener acercamiento o contacto
personal con miembros de la comunidad LGBTI+ y el 33.5 % no lo tienen. De las
respuestas obtenidas se aprecia que las mujeres sostienen mayor contacto personal
con miembro de esta comunidad, es un 69 % de las encuestadas quienes sostienen
dicho contacto, mientras que de los hombres encuestados solo un 44 % sostiene
un contacto personal con miembros de la comunidad LGBTI+.
5.4 Actitud hacia la discriminación
Dentro
de esta categoría, el 49.5 % de los jóvenes menciona lo siguiente; cuando encuentran
a alguien viviendo una situación de discriminación han querido apoyar o actuar
en su defensa, pero no se atrevieron; el 46.6 % menciona que sí se
involucraron, mientras un 3.9 % simplemente ignoraron la situación.
Específicamente, existe una mayor cantidad de porcentaje del total de los
hombres con una actitud indiferente ante estas situaciones en contraste con las
mujeres, sin embargo, ambos se encuentran equilibrados en actitudes activas
respecto a la defensa o participación de estas expresiones de discriminación,
con un 46.1 % del total de hombres y 46.2 % de mujeres.
5.5 Estereotipos de género
En
relación a las afirmaciones en torno a las actitudes hacia la igualdad de
género se elaboraron las tablas siguientes para condensar los resultados. En
ellas se muestran los porcentajes de respuestas en donde una puntuación de 1
expresa un total desacuerdo, un 2 manifiesta desacuerdo, 3 ni en acuerdo ni en
desacuerdo, 4 significa acuerdo y 5 un acuerdo total, se pueden observar los
resultados de las siguientes subcategorías en las tablas que se muestran a
continuación:
Tabla 1
Actitudes en torno a la inclusión y
aceptación de la diversidad
|
Totalmente de acuerdo |
De acuerdo |
Ni en acuerdo ni desacuerdo |
En desacuerdo |
Totalmente en desacuerdo |
|||||
|
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Las
mujeres lesbianas deberían ser aceptadas con total normalidad. |
84.8 % |
85.8 % |
6.3 % |
5.1 % |
3 % |
2.5 % |
2.7 % |
1.2 % |
3.3 % |
5.1 % |
Por
su propia naturaleza, las mujeres siempre se preocuparán más por el ámbito de
lo privado, que por los asuntos políticos y de justicia. |
10.3 % |
17.9 % |
84.2 % |
17.9 % |
8.7 % |
17.9 % |
9 % |
6.1 % |
67.8 % |
39.7 % |
Pese
a que pueda parecer duro, ni ahora ni nunca debe permitirse que las parejas
homosexuales adopten niños, ya que puede resultar perjudicial. |
65.4 % |
43.5 % |
8.4 % |
25.6 % |
10.9 % |
19.2 % |
3.3 % |
5.1 % |
11.5 % |
6.4 % |
A
pesar de todo el respeto que merecen, es natural que no se permita el
matrimonio entre homosexuales. |
9.3 % |
16.6 % |
3 % |
12.8 % |
10.6 % |
17.9 % |
7.2 % |
8.9 % |
68.7 % |
43.5 % |
Nota:
Elaboración propia con datos obtenidos del cuestionario empleado.
Al
tratar de la inclusión de las mujeres lesbianas y la aceptación del matrimonio
entre homosexuales, se puede apreciar en la Tabla 1 que son temáticas
ampliamente aceptadas entre ambos sexos, sobre todo entre las mujeres. Sin
embargo, el porcentaje totalmente en desacuerdo en relación a la adopción entre
las parejas homosexuales es alto, significativamente entre las mujeres.
Tabla 2
Estereotipos de los estudiantes
normalistas sobre crianza y familia
|
Totalmente de acuerdo |
De acuerdo |
Ni en acuerdo ni desacuerdo |
En desacuerdo |
Totalmente en desacuerdo |
|||||
|
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Seguramente
es normal que sean las mujeres las que se ocupen prioritariamente del hogar y
los hijos, porque los niños necesitan de la madre durante los primeros años
de vida. |
6.6 % |
14.1 % |
5.4 % |
20.5 % |
16 % |
23 % |
18.4 % |
16.6 % |
52.4 % |
25.6 % |
Los
hombres están peor dotados que las mujeres para el cuidado de los niños,
enfermos y ancianos. |
3.9 % |
7.5 % |
3.3 % |
12.8 % |
18.1 % |
21.7 % |
18.4 % |
21.7 % |
55.7 % |
35.8 % |
Es
natural que los padres tiendan a conceder más libertad a los hijos varones,
ya que las chicas siempre correrán peligros mayores |
11.5 % |
16.6 % |
6.9 % |
16.6 % |
19.9 % |
26.9 % |
13.6 % |
21.7 % |
48.1 % |
16.6 % |
Es
inevitable que el matrimonio implique una pérdida de independencia mayor para
las mujeres que para los hombres, ya que de ellas depende el nacimiento y
crianza de los niños. |
3.6 % |
6.4 % |
3 % |
10.2 % |
10.3 % |
28.2 % |
8.7 % |
21.7 % |
73.3 % |
33.3 % |
A
la hora de la verdad, las mujeres siempre dedicarán más energía al bienestar
de sus hijos y su familia que al trabajo. |
17.8 % |
19.2 % |
12.4 % |
17.9 % |
24.8 % |
39.7 % |
16.6 % |
10.2 % |
27.8 % |
12.8 % |
Nota:
Elaboración propia con datos obtenidos del cuestionario empleado.
Las
mujeres consideran que los hombres se encuentran peor dotados para el cuidado
de niños, ancianos y enfermos, en relación a ellas. En relación a que el
cuidado del hogar y los hijos sea responsabilidad mayormente de la mujer, más
de la mitad de las encuestadas se muestran totalmente en desacuerdo.
Tabla 3
Estereotipos
de los estudiantes normalistas sobre competencias profesionales
|
Totalmente de acuerdo |
De acuerdo |
Ni en acuerdo ni desacuerdo |
En desacuerdo |
Totalmente en desacuerdo |
|||||
|
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Por
su propia naturaleza, las mujeres siempre se preocuparán más por el ámbito de
lo privado y por las personas que tienen cerca, que por los asuntos políticos
o ciudadanos y las abstractas cuestiones morales de justicia o injusticia. |
11.2 % |
16.6 % |
16 % |
23 % |
23.9 % |
30.7 % |
9.6 % |
14.1 % |
38.3 % |
15.3 % |
Es
normal que, ante una operación grave, se prefiera un cirujano varón, ya que
cuando la vida está en juego, es mejor inclinarse por opiniones ya probadas |
3.3 % |
8.9 % |
3 % |
8.9 % |
6.9 % |
21.7 % |
6.6 % |
11.5 % |
78.4 % |
48.7 % |
Como
jueces, los hombres siempre serán más imparciales que las mujeres. |
3.9 % |
7.6 % |
3 % |
15.3 % |
12.4 % |
24.3 % |
13 % |
11.5 % |
66.9 % |
39.7 % |
Si
en una empresa se ven obligados a despedir a algunos trabajadores, es
preferible que los afectados sean mujeres, ya que ellas no suelen mantener a
una familia. |
3.3 % |
7.6 % |
1.2 % |
7.6 % |
3.9 % |
12.8 % |
3.6 % |
17.9 % |
88.1 % |
53.8 % |
En
las dinastías profesionales, familiares, en las que hay varias generaciones
de médicos, abogados, empresarios o artesanos, es preferible que sea el varón
el que continúe la tradición familiar, ya que, seguramente, tiene más
posibilidades de éxito. |
5.4 % |
8.9 % |
1.5 % |
8.9 % |
7.2 % |
19.2 % |
8.7 % |
19.2 % |
76.6 % |
43.5 % |
Con
un índice de desempleo tan elevado, sería preferible no insistir tanto en la
incorporación de la mujer al mundo laboral, para así evitar el riesgo de que
en algunas familias entren dos sueldos y en otras, ninguno. |
3.9 % |
8.9 % |
.9 % |
6.4 % |
4.8 % |
21.7 % |
4.8 % |
11.5 % |
84.5 % |
50 % |
Fuente:
Elaboración propia con datos obtenidos del cuestionario empleado.
De
acuerdo con lo observado en la tabla, los estudiantes a pesar de estar en su
mayoría totalmente desacuerdo con las actitudes referidas, se puede apreciar
que aún hay alumnos que tienen estereotipos de género sobre la alta capacidad
de las mujeres en el plano profesional, en tanto, los resultados de los estudiantes
hombres reflejan una brecha más grande sobre la igualdad de género.
Tabla 4
Estereotipos de los estudiantes
normalistas sobre su papel en la religión
|
Totalmente de acuerdo |
De acuerdo |
Ni en acuerdo ni desacuerdo |
En desacuerdo |
Totalmente en desacuerdo |
|||||
|
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
El
papel diferente de hombres y mujeres dentro de la Iglesia obedece a razones
religiosas y debe ser mantenido. |
5.1 % |
11.5 % |
1.8 % |
8.9 % |
9.3 % |
19.2 % |
10.6 % |
11.5 % |
72.1 % |
47.4 % |
El
modelo femenino que propone la Iglesia, con sus valores de castidad,
obediencia, maternidad y sacrificio es sustancialmente correcto y vale la pena
seguirlo. |
6.3 % |
8.9 % |
1.8 % |
10.2 % |
8.1 % |
25.6 % |
7.2 % |
14.1 % |
76.3 % |
41 % |
Fuente:
Elaboración propia con datos obtenidos del cuestionario empleado.
En
relación con los estereotipos de los estudiantes normalistas sobre su papel en
la religión, se puede apreciar que la mayoría de las mujeres afirma estar en
total desacuerdo en que el papel diferenciado de hombres y mujeres dentro de la
Iglesia obedece a razones religiosas y debe ser mantenido de esta forma, con
esto afirman que el lugar de la mujer en la religión es cuestionado y poco
aceptado.
Tabla 5
Estereotipos de los estudiantes
normalistas sobre las relaciones afectivas y sexuales
|
Totalmente de acuerdo |
De acuerdo |
Ni en acuerdo ni desacuerdo |
En desacuerdo |
Totalmente en desacuerdo |
|||||
|
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Mujeres |
Hombres |
Las
mujeres jamás podrán valorar a los hombres dulces, sumisos y hogareños. |
4.5 % |
14.1 % |
3 % |
15.3 % |
5.1 % |
20.5 % |
5.1 % |
14.1 % |
81.2 % |
35.8 % |
En
general, si una mujer no está casada ni vive en pareja puede ser que no ha
encontrado a alguien que se enamore de ella. |
4.8 % |
7.6 % |
2.4 % |
11.5 % |
7.2 % |
20.5 % |
5.4 % |
16.6 % |
79.6 % |
43.5 % |
Aunque
no quieran reconocerlo, las mujeres siempre se sentirán más atraídas por los
hombres fuertes y viriles. |
3
% |
15.3
% |
6.6
% |
16.6
% |
10.9
% |
30.7
% |
16.9
% |
14.1
% |
62.7
% |
23
% |
Es
deseable que en un matrimonio el hombre sea varios años mayor que la mujer. |
3.3
% |
8.9
% |
2.7
% |
6.4
% |
8.4
% |
20.5
% |
10.3
% |
17.9
% |
75.4
% |
46.1
% |
Debería
permitirse a los chicos y chicas elegir libremente su orientación sexual:
heterosexualidad, bisexualidad u homosexualidad. |
81.8
% |
57.6
% |
5.1
% |
14.1
% |
6
% |
14.1
% |
2.1
% |
8.9
% |
5.1
% |
3.8
% |
Es
más adecuado que el varón tome la iniciativa en las relaciones sexuales. |
3.9
% |
10.2
% |
4.8
% |
8.9
% |
9.9
% |
19.2
% |
10.3
% |
19.2
% |
74.2
% |
42.3
% |
En
general, los varones suelen tener impulsos sexuales más fuertes. |
9.9
% |
11.5
% |
6.6
% |
20.5
% |
11.5
% |
33.3
% |
16.3
% |
14.1
% |
39
% |
30.5
% |
Nota:
Elaboración propia con datos obtenidos del cuestionario empleado.
Las
actitudes en las relaciones afectivas y sexuales se aprecian en los datos con
porcentajes negativos sobre la igualdad de género. Se identifica que la mujer aún
enfrenta retos para ser vista como un sujeto que puede tomar decisiones sobre
cómo quiere vivir y dejar de lado los estándares sobre la vida en pareja, todavía
se aprecian tendencias afines al machismo en las propias estudiantes. Por otro
lado, los datos reflejan poco reconocimiento y valor en ellos a cerca de las
actitudes más pasivas y hogareñas que sienten los hombres estudiantes. Además
de que existe desigualdad de género respecto a lo que ellos consideran debe ser
la actitud en pareja, asumiendo un rol de autoridad y liderazgo en las
relaciones por el simple hecho de ser los hombres.
6. Discusión
El desinterés detectado hacia temas
de género en los alumnos puede explicarse desde diversas perspectivas teóricas.
Por un lado, se observa la influencia de los contextos socioculturales y
educativos, que refuerzan estereotipos de género y minimizan la relevancia del
tema, tal como se pudo apreciar en los resultados. Según Connell (2009), las
masculinidades y feminidades hegemónicas son construcciones sociales que se
perpetúan en los entornos educativos, lo que limita la capacidad de los estudiantes
para cuestionarlas críticamente. Si el currículo formal no aborda estos temas
de forma explícita y significativa, los estudiantes pueden percibirlos como
irrelevantes.
Además,
la falta de interés se halla vinculada a las estrategias de enseñanza hasta
ahora empleadas, la educación tradicional frecuentemente subestima el
aprendizaje significativo. Según Ausubel (1983), es esencial para captar la
atención y fomentar la comprensión en los alumnos. Una aproximación superficial
a los temas de género podría resultar insuficiente para involucrar a los
estudiantes en discusiones reflexivas o prácticas que conecten con sus
experiencias cotidianas. Por otro lado, es preocupante ver en
los alumnos la prevalencia de dificultades para reconocer los conceptos de
sexo, género e identidad de género, sabiendo que serán ellos quienes asumirán
el papel de formadores de las nuevas generaciones.
A
partir de los resultados se presume que las actitudes de los estudiantes
normalistas, demuestra la presencia de estereotipos de género en el contexto
sociocultural actual. Según Bourdieu (2000), la dominación masculina se
reproduce a través del habitus, un
conjunto de disposiciones sociales internalizadas que llevan a los individuos a
concebir las desigualdades como parte del orden natural. Esto sugiere que los
futuros docentes, formados en contextos donde persisten prácticas y discursos
discriminatorios, tienden a reproducir estas ideas sin cuestionarlas.
En
el ámbito educativo, esta naturalización es preocupante porque los docentes son
actores clave en la transmisión de valores y en la promoción de la igualdad,
como menciona Freire (2005), la educación debe ser un acto liberador, que
permita a los sujetos tomar conciencia de las estructuras opresivas y actuar en
su transformación. Sin embargo, si los futuros maestros no han desarrollado una
perspectiva crítica sobre el género, es probable que perpetúen estas
desigualdades en sus prácticas pedagógicas.
7. Conclusiones
Los
hallazgos de la investigación sobre las actitudes hacia la igualdad de género
entre los estudiantes de las licenciaturas en educación de la BECENE SLP
revelan una persistencia de concepciones de género tradicionales. En los
resultados se aprecia la prevalencia de los estereotipos femeninos de
fragilidad y vocación para la familia y su cuidado. A través del cuestionario
aplicado, se observa la persistencia de actitudes que enmarcan a las mujeres
como figuras cuidadoras y en riesgo, características que se asocian con
cualidades favorables para la maternidad.
Se
aprecian actitudes diferenciadas entre hombres y mujeres para la aceptación de
la diversidad de género y la discriminación, es mayor la aceptación e inclusión
en las mujeres, lo que responde a una postura patriarcal que piensa a las
mujeres como más empáticas.
En
atención al objetivo de estudio propuesto, se concluye que las actitudes
identificadas a través del cuestionario, ponen de manifiesto una limitación en
la visión sobre las capacidades profesionales y el potencial de las mujeres, lo
que sostiene la desigualdad. La persistencia de estos estereotipos sugiere una
internalización profunda de los roles de género tradicionales. Este fenómeno
indica que, a pesar de una presencia mayoritaria de mujeres en los espacios
educativos, las actitudes y creencias patriarcales siguen influyendo en la
interpretación de los roles de hombres y mujeres en la sociedad.
La
prevalencia de estas ideas refuerza la necesidad urgente de revisar y mejorar
las estrategias educativas y formativas en la escuela normal para abordar las
actitudes subyacentes que sostienen la desigualdad. Las propuestas que se
sugieren pueden ser las siguientes;
-
Mayor promoción de cursos y talleres a estudiantes y
catedráticos sobre la conceptualización de la igualdad de género para un mayor
conocimiento del tema.
-
Garantizar el acceso sin discriminación por género a los
jóvenes hombres y mujeres a todas las licenciaturas.
-
Organizar jornadas de concientización en las instituciones
formadoras de docentes que promuevan el reconocimiento de ambos géneros en el
mismo nivel de importancia.
-
Fomentar la igualdad de género en el acceso y la promoción
en actividades cívicas, académicas, culturales y deportivas que se promueven en
la institución.
Es
imperativo que se implemente un enfoque más integrado y crítico en la formación
de los futuros educadores, con el objetivo de desafiar y superar los
estereotipos de género. Las políticas educativas deben incorporar contenidos y
prácticas que promuevan una comprensión más equitativa del género; reconozcan y
cuestionen los estereotipos existentes. Solo a través de un currículo que
fomente la reflexión crítica y el compromiso con la igualdad de género se podrán
transformar eficazmente las actitudes y contribuir a una formación más
inclusiva y equitativa para todos.
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